Galería maternal

 





Galería Maternal


Las mamás, en la mayoría de los casos, gustan de rodarse de su descendencia durante la fiesta del 10 de mayo. Una sencilla clasificación nos permitirá comprender este deseo y los matices que adquiere según el caso:

Madre abnegada. ¡Es insufrible! Hay que huir de ella. Le hace la vida imposible hasta al tendero. Siempre tiene cara de dolorosa de pueblo y afirma que su cruz es más pesada que un caterpillar. Usa el cabello restirado, ¡jamás se pinta! Y es una maga de las finanzas.

Mamá inconsciente. No se da cuenta de que ya traspasó varios umbrales, y de que el otoño la arrastra entre sus hojas. Para ella, sus hijos son como amiguitos… o enemiguitos. Practica deportes y se molesta si sus vástagos le dicen “mamá”
- Díganme Carolina, simplemente, e invítenme a sus fiestas.

Mamá social. Es movidísima. No falta a cócteles, desayunos, cenas y comelitones. Organiza grupos para… ¡bueno, para algo! Hace viajes, promueve productos de belleza y tiene centros de capacitación para fomentar la sociabilidad entre los tímidos. Generalmente come una vez al mes con sus hijos. Ya no se acuerda del rostro de su esposo, que por cierto, también está ocupadísimo.

Mamá-mamá. Cree que sus vástagos son siempre chicos y piensa que los nietos son hijos también. Poco a poco se apodera de ellos, sin distinción de edad. Quisiera estar siempre cantando nanas y dando papillas.

Mamá negocio. Gran ejecutiva; maneja su casa como una compañía, hasta cuenta con un gerente hogareño. Considera a sus hijos como empleados, les paga sueldos y premia esfuerzos. También llega a despedirlos si su desempeño no es bueno.

Mamá decó. Siempre parece maniquí; no conoce la cocina, ignora para qué es una escoba. Compra todo preparado. Sus hijos se educan en elegantes instituciones. Tiene perritos falderos y pasea con ellos.

Mamá generala. Todavía no despierta… y ya está dando órdenes. El esposo es su cabo y los hijos, soldaditos. La casa cuenta con calabozo. Todo marcha sobre ruedas y hasta de caqui se visten.

Mamá pachona. Es suave y regordeta; reparte besos todo el día, junto con chocolates. Lee cuentos, lleva a las niñas a ofrecer flores. Organiza días de campo y prepara pasteles. Teje horribles suéteres y bufandas para toda la familia.

Mamá sabia. Lee y estudia con sus hijos; viste descuidadamente y cursa materias de distintas carreras.

Mamá bohemia. ¡Es el acabose! Bebe, fuma, baila… Su casa parece el foyer de un teatro. Actúa con sus hijos, organiza callejoneadas y viajecitos con música y bombo. No tiene tratos con la economía doméstica y quiere que sus vástagos sean artistas.

Mamá gruñona. Siempre al ataque. Cuando sus hijos se casan, sigue con los nietos. Hay que regañar, corregir, castigar… ¡Los árboles deben crecer derechos!

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